No recuerdo cómo me interesé en la obra de Almudena Grandes, pero recuerdo que cuando lo hice no sabía por donde empezar a leerla, entonces empecé a revisar la sinopsis de los libros que se conseguían en las librerías y este fue el que más llamó mi atención. Después me daría cuenta de que se trataba del cuarto libro de una colección de seis novelas agrupadas bajo el título «Episodios de una guerra interminable» y de que podían leerse en cualquier orden, así que tuve suerte.
El personaje principal de Los pacientes del Doctor García es Guillermo García, un médico español de familia acomodada que vive en Madrid y tiene convicciones republicanas. Como es de esperarse, la llegada al poder de Franco trastoca su vida y lo obliga a cambiar de identidad para sobrevivir. A partir de ese momento Guillermo empieza a verse envuelto en la guerra de distintas maneras que marcarán el rumbo de su vida.
El otro personaje clave de la novela es Manuel Arroyo Benítez, a quien Guillermo conoce inicialmente como paciente pero luego se convierte en amigo. Manuel es un diplomático con una vida bastante particular y responsabilidades ligadas al espionaje que termina involucrando a Guillermo en la investigación de una organización que permite a los criminales de guerra Nazis escapar hacia Sudamérica.
Todas las aventuras y desventuras de estos dos personajes son narradas de manera magistral por la autora, que no solo realiza una investigación histórica admirable sino que crea decenas de personajes y entramados que los unen, generando un interés en el lector por saber en qué momento se van a cruzar sus caminos, de qué manera una pequeña decisión tomada por uno de ellos va a afectar al otro y cómo terminarán sus historias.
Y como siempre en las novelas históricas ambientadas en época de guerra, Los pacientes del Doctor García deja esa desazón por tantas vidas perdidas a causa de unos pocos que buscan el poder a costa de los demás, por las historias que quedaron inconclusas y por los crímenes por los que nadie jamás pagó ni pagará.
Un libro más que recomendado, especialmente para quienes aprecian la novela histórica.
El destino de los exiliados es conocer solamente una fecha, la del día que abandonan su país, nunca la de su vuelta.

