Ya no recuerdo cómo llegué a este libro, así que no sé exactamente qué fue lo que me hizo interesarme en él. Lo que sé en este momento es que cuando empecé a leerlo me sorprendió mucho encontrarme que era una combinación de thriller con crónica con novela histórica en donde la arquitectura era una de las protagonistas.
El diablo en la ciudad blanca es uno de los mejores libros que he leído este año y Erik Larson tiene toda mi admiración porque el esfuerzo que hizo para documentarse simultáneamente sobre la exposición mundial de Chicago de 1893, la historia de la arquitectura en Norteamérica y los crímenes de H.H.Holmes fue monumental. La cantidad de referencias a cartas, noticias, libros y otros documentos que sostiene este libro impresiona.
El libro tiene dos líneas argumentales y dos protagonistas principales: una se centra en la exposición mundial de Chicago y su Director, Daniel Burnham. La otra cuenta los crímenes perpetrados por H.H.Holmes durante esa misma época en Chicago. Dos vidas muy diferentes que compartieron un momento histórico.
La historia de la exposición es fascinante. Larson inicia su narración con todos los esfuerzos que fueron necesarios para que se otorgara la sede a Chicago y poco a poco va describiendo cómo se preparó, se planeó, se construyó, se puso en marcha y finalmente se destruyó. Todo esto incluyendo detalles sobre las rencillas políticas, las negociaciones con los sindicatos, los desarrollos técnicos, los retos impuestos por las condiciones meteorológicas, la crisis financiera y hasta las vidas personales de quienes estuvieron involucrados en el proyecto.
Por otro lado, el libro hace un recuento de la vida y los crímenes de Holmes, mostrando cómo una persona que hoy sería clasificada como un psicópata fabrica un personaje que genera confianza en su entorno, construye un edificio específicamente para torturar y asesinar y, gracias a la confianza, a la falta de medios de comunicación, a las distancias y a otros factores, logra asesinar a varias mujeres quedándose con sus fortunas. Es aterrador, pero también fascinante y nuevamente muestra el gran trabajo de documentación realizado por el autor.
Un libro que captura, entretiene y enseña. 100% recomendado.

