¿En qué clases de sistemas tenemos que desenvolvernos para que una novela como esta sea posible? Creo que esta es la pregunta que me queda después de haber leído Recursos inhumanos, una novela en donde la precariedad laboral, el desempleo, las técnicas de RRHH y la desesperación desencadenan una historia inverosímil pero muy poderosa.
En Recursos inhumanos el protagonista es Alain Delambre, un hombre que después de haber tenido empleos seguros durante toda su vida queda desempleado y, por su edad, encuentra únicamente trabajos que no corresponden a sus expectativas. Su vida sigue adelante en medio de la vergüenza, la precariedad y las mentiras, hasta que aparece una oportunidad de un empleo mejor que se convierte en su obsesión.
Y es en este momento cuando surge el componente realmente macabro de la novela, porque Alain es candidato a un puesto en el área de Recursos humanos de una conocida empresa y su entrevista de ingreso es el liderazgo de la prueba de selección de un cargo ejecutivo para la cual la compañía organiza un simulacro de toma de rehenes. En su obsesión por obtener el puesto, Alain investiga, persigue, se endeuda, engaña a su familia… en fin.
La temática de la novela y la narración de Lemaitre me atraparon desde el comienzo. Hubo varios giros que me sorprendieron y más de una vez me encontré preguntándome si (con tantas metodologías para todo que existen ahora) esta prueba de selección podría ser más que una fantasía. La conclusión de todo me dejó una sensación agridulce porque sentí que la justicia no fue equitativa para todas las partes que lo merecían, pero hasta eso fue revelador porque me hizo reflexionar sobre algo a lo que nos han acostumbrado las películas: los «buenos» siempre ganan, aunque hagan cosas incorrectas en el camino.

