Léxico familiar

No logré conectar con este libro, pensé más de una vez en abandonarlo pero me decía que quizás le encontraría el atractivo más adelante y lo terminé a fuerza de disciplina.

El concepto de Léxico familiar es muy bello: la historia de la familia contada desde el lenguaje construido en la intimidad del hogar, con los vínculos que genera y el peso que tiene en los caminos personales. El problema es que no se trata de una novela, sino de una serie de recuerdos más o menos aislados de la familia de la autora, en los que los personajes aparecen y desaparecen, son tantos que es difícil identificarlos a todos en cada momento y realmente no hay líneas argumentales que seguir, no hay profundidad en los relatos.

Creo que para los italianos o para aquellos interesados en la historia de Italia durante la época del fascismo puede ser un libro valioso porque Natalia pertenecía a una familia de intelectuales que tenía amistades con los intelectuales socialistas relevantes de la época, que hacen pequeñas apariciones a lo largo del libro dejando ver su pensamiento político y a veces algo de sus vidas personales.

No conozco mucho sobre Ginzburg y su posición respecto a su propia obra, pero cuando leo algo así siempre pienso que es una publicación más del editor que del escritor. Que para ella quizás se trataba de textos personales que quería compartir con su familia, pero para el editor era un libro con una firma reconocida del que se podrían vender millones de copias. Y sí, así fue.

Su espíritu no sabía envejecer y no conoció nunca la vejez, que consiste en quedarse humillado en un rincón llorando el desmoronamiento del pasado.

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