El sutil arte de que te importe un carajo

Me gustó este libro porque sentí que era una dosis de honestidad en medio del contexto de vidas fabricadas y falsa felicidad en el que vivimos. Un libro directo y muy real que analiza de forma cruda las expectativas de nuestra sociedad y cómo nos han generado unas ideas extrañas sobre lo que deberíamos ser y hacer.

Acá van algunas de las ideas que me quedaron después de leerlo:

  • Son pocas las cosas en la vida por las que realmente vale la pena preocuparse y esas cosas se deberían decidir a partir de nuestros valores.
  • El sentido del sufrimiento es movernos a cambiar. No vamos a ser felices si no tomamos acciones, resolvemos problemas.
  • Elegir es parte fundamental de la vida. No podemos elegir qué nos pasa pero si cómo actuamos ante eso y a qué darle importancia.
  • La motivación viene de la acción y viceversa. Hay que moverse, hacer cosas, para encontrar la motivación.
  • Rechazar algo es afirmar lo contrario, es establecer una identidad a partir de lo que no queremos.

Como siempre, son ideas simples que seguramente todos tenemos en algún lugar de nuestra mente, pero a veces hace falta que alguien nos las recuerde. Además de estas ideas, me gustó mucho que Manson hablara sin filtros sobre el marketing del excepcionalismo que abunda hoy en día y que pretende decirle a todo el mundo que puede ser excepcional siguiendo una serie de prácticas inventadas quién sabe por quién, porque la realidad es que la mayoría somos personas promedio que no vamos a lograr nada excepcional, más allá del hecho de vivir. Me gustó que al final abordara la idea de que todos (hasta los excepcionales) nos vamos a morir y todas las vidas son grandiosas, porque todos los días elegimos seguir viviendo para lograr las pequeñas victorias que tienen sentido en nuestra vida.

Creo que este es un libro para todo el mundo, pero en especial para los que están cuestionando su vida por todo el ruido que les llega de afuera.

Todo lo que pensamos y sentimos sobre una situación se reduce a qué tan valiosa la percibimos.

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