No recuerdo exactamente cómo llegó este libro a mi lista de lectura, ni recuerdo por qué entre tantos pendientes por leer fue el que me llamó justo en este momento. Lo que sí sé es que este año he escuchado y leído muchas historias que me dejaron una idea en la cabeza que claramente tiene una conexión con este libro: el primer privilegio de la vida es nacer en una familia dispuesta a criar y a cuidar con amor.
Temporada de huracanes es una novela trepidante que ocurre en México pero podría estar ambientada en cualquier lugar remoto de un país de Latinoamérica (creo que incluso de otras latitudes), en donde la miseria, el machismo y la violencia son ley.
La aparición del cadáver de alguien a quien llaman La Bruja chica en el pueblo de La Matosa es el motivo perfecto para narrar la vida de ella y de todas las personas ligadas con su muerte. La autora le dedica a cada uno un capítulo en donde no solo conocemos a esa persona, sino su historia de vida, que es también la historia de toda su familia. Relatos de miseria, de machismo, de soledad, de falta de educación sexual, de ausencia de amor…
Como mujer me pareció un libro muy triste porque todas las mujeres que hacen parte de él sufren el trato vejatorio de los demás. Me parecieron especialmente dolorosos esos momentos en los que eran maltratadas por las mujeres que tenían el rol de cuidadoras, porque me hacían pensar que así es como se perpetúan los estereotipos machistas sobre el papel de la mujer y que es difícil que alguien criado con esa falta de amor pueda hacer algo mejor con su propia descendencia.
Es un libro que está escrito en un lenguaje vulgar, que se lee rápido por la curiosidad que genera, que duele y hace pensar. Me gustó y me recordó el privilegio que tengo de haber nacido en una familia amorosa.
