Tuve que leer este libro en el colegio, porque era parte del plan de lectura sobre literatura urbana.

Desde que empezamos las clases sobre el tema, tuve la impresión de que no era mi género, pero soy de las personas que piensa que para juzgar algo hay que experimentarlo primero, especialmente cuando se va a emitir una opinión negativa.

No me gustó. Yo leo para soñar, para vivir otras vidas (a veces en otras épocas), leo para visitar lugares que no conozco, leo para sivertirme y para aprender y este libro me pareció desagradable, degradante, muy «mundano», muy «corriente».

Mi impresión es que hablaba de Cali y las drogas, Cali y el sexo, Cali y la violencia, Cali y la prostitución, Cali y cualquier cosa que tenga que ver con rebeldía.

Sé que mucha gente admira a Andrés Caicedo, pero mi opinión personal es que en este caso se aplica un dicho muy famoso en Colombia «no hay muerto malo» … y menos cuando se suicida a los 25 años.