No pude resistir la tentación del amarillismo de este libro. Lo conseguí en internet y lo leí con toda la curiosidad que despierta la relación fallida entre dos personas y espacialmente, entre un presidente y su segunda esposa.
El libro es triste, se nota lo resentida que está con él y todo el rencor que le guarda a Ségolène Royal.
No dudo de que lo que cuenta en el libro sea verdad, como eso de que le diga les sans-dents a los pobres, pero creo que en este caso aplica mucho el dicho «la ropa sucia se lava en casa» y creo que un libro como este solo sirve para alimentar los chismes y la ya degradada imagen de Hollande.