¡Ay, las novelas orientales! Siempre me dejan con esa sensación de extrañeza y de no haber comprendido del todo lo que quería comunicar el autor, aunque esta vez sentí que conecté más con la historia gracias a un youtuber español que vive en Japón, que analiza la cultura japonesa desde distintos puntos de vista y a quien vengo siguiendo desde hace un tiempo (https://www.youtube.com/channel/UCXE2zpwRRfmDCLjOySdFKsQ).
El protagonista es Bird, un profesor de preuniversitario caído en desgracia por haber tomado decisiones vergonzosas que tiene una vida común y hasta insignificante para los estándares japoneses. Bird y su esposa tienen un hijo que nace con una hernia cerebral y esta novela es el recuento de los 3 días y las 3 noches que suceden a ese hecho, en los que su esposa permanece en el hospital mientras que él toma decisiones, deambula por las calles, se alcoholiza, se enreda con viejas amistades y hace mil cosas en un estado de agitación permanente porque su hijo está a punto de morir, pero siempre está la posibilidad de que no muera y eso le trastoque la vida.
Hubo dos cosas que sentí mientras leía el relato. Una fue la familiaridad con temas que he identificado en otros libros japoneses, como la soledad, el suicidio y la importancia del trabajo, lo cual me pareció interesante porque este libro fue publicado originalmente en 1964. La otra fue la extrañeza de algunas de las situaciones, en particular aquellas relacionadas con el nacimiento del bebé porque todo el tiempo estuve pensando ¿qué hace este hombre por ahí y no en el hospital con su esposa?, ¿por qué va a trabajar si acaba de tener un bebé?, pero sé que no en todas partes las cosas suceden como en mi país.
Esta novela me gustó, me hizo pensar mucho sobre esas situaciones de la vida en las que no hay decisiones mejores porque todas las opciones son terribles. Y me hizo pensar aún más cuando conocí la historia del hijo de Kenzaburo Oé que es inseparable de este libro.
En esta época que nos ha tocado, resulta difícil afirmar que haber vivido es mejor que no haberlo hecho.
