Nuevamente Saramago planteándonos una de esas preguntas ¿Qué pasaría si…?, que esta vez tiene que ver con la inmortalidad materializada en una ciudad en la que nadie muere.
Como pueden imaginar, al comienzo todo es felicidad, pero después se plantean todos los «contra» de este hecho: qué pasa con las funerarias, qué pasa con la gente que quiere morir, qué pasa con la sanidad pública, etc. Entonces surge la maphia para ayudar a resolver el problema por medios no tan legales y vemos como los seres humanos saben aprovechar todas las oportunidades.
Luego la historia cambia de enfoque cuando la muerte decide retomar sus labores y enviar cartas de aviso a la gente que va a morir y la pregunta cambia a ¿qué pasaría si sabes que vas a morir en una semana?
Con el desarrollo de este tema, surge una nueva trama relacionada con un hombre que esquiva a la muerte y que termina convirtiéndose en una historia de amor. Como siempre Saramago cautiva y sorprende con sus reflexiones. Un libro corto lleno de contenido.
Porque la muerte nunca responde, y no es porque no quiera, es sólo porque no sabe lo que ha de decir delante del mayor dolor humano.