Un libro muy ameno sobre lo que nos motiva y nos desmotiva a la hora de adquirir el hábito de la lectura.

Creo que todos los profesores (especialmente los de lenguas y literatura) y todos los padres deberían leer este libro, porque contiene una gran verdad: a los niños no se les motiva a leer diciéndoles que tienen que hacerlo, se les motiva con el ejemplo, introduciéndolos en el mundo de la literatura contándoles historias, leyéndoles en voz alta y creando en ellos esa necesidad de seguir descubriendo las historias por ellos mismos.

Yo soy una prueba de que ese sistema funciona, porque así adquirí el bichito. Mi papá me leía libros y me regalaba libros, recuerdo la felicidad que sentía cuando mi papá llegaba con un libro nuevo de la colección infantil «a la orilla del viento» del FCE. Sabía que esa iba a ser mi entrada a una nueva historia.

Esa es la clase de motivación que se queda para siempre y la que promueve Daniel Pennac en su libro.

Le temps de lire est toujours du temps volé. (Tout comme le temps d’écrire, d’ailleurs, ou le temps d’aimer)

Contrairement aux bonnes bouteilles, les bons livres ne vieillissent pas. Ils nous attendent sur nos rayons et c’est nous qui vieillissons.