En la vida de algunas personas hay momentos mágicos en los que convergen factores y sucesos que originalmente parecen aislados para permitir que se produzca algo único. Creo que algo así fue lo que dio origen a esta novela: el encuentro de un estilo, una inspiración y una motivación en el momento adecuado.
Bajo la sombra de la acacia es un libro personal, un homenaje a la familia Téllez, cuyo desarrollo seguimos desde finales del siglo XIX, cuando la Colombia rural empieza a ser testigo del surgimiento de la violencia partidista, hasta el siglo actual, en el que la esperanza de paz está más vigente de lo que nunca ha estado.
No se trata realmente de una novela histórica, porque las descripciones del contexto histórico no son profundas y los personajes no se involucran de forma decisiva en los acontecimientos reales, pero sí se pueden reconocer algunos componentes de este género, así como de realismo mágico; personalmente identifico una influencia importante de García Márquez y de Isabel Allende, especialmente en la descripción de las creencias, costumbres y tradiciones de nuestros antepasados.
Desde mi punto de vista, la novela hace un énfasis particular en los hechos históricos relacionados con la violencia estatal y siento que el autor quería transmitir ese dolor de patria que producen la injusticia, la corrupción y la violencia injustificada. Afortunadamente el retrato de la forma en la que estos hechos afectan a las familias es real y eso implica que, como en la vida real, a esos momentos de desesperación siguen escenas cotidianas capaces de devolvernos la esperanza y de sacarnos una sonrisa. Personalmente el personaje de Hersilia Téllez me encantó por eso y creo que su aparición no solo le aporta sonrisas a los lectores, sino que marca el surgimiento de una nueva generación y con ello cambia el ritmo de la narración.
Respecto a este tema, en general se trata de un libro de fácil lectura porque los capítulos son cortos y puntuales; sin embargo, la inclusión continua de aclaraciones a veces entorpece un poco la lectura. En este punto cabe aclarar que se trata de la primera novela de alguien que no se dedica a escribir, pero tiene mucho que contar.
Les recomiendo que lo lean. No es una novela perfecta, pero es una respuesta perfecta al reto que tenemos todos y al que pocos se atreven a enfrentarse porque requiere vocación y coraje: preservar la memoria de nuestros antepasados desentrañando el pasado (con todo lo que eso implica) y transmitir ese legado a nuestros descendientes.