Vi tanta propaganda de este libro y tantos comentarios en redes sociales que cuando apareció ante mí en el escaparate de una librería de aeropuerto, lo compré sin pensarlo mucho.

No sabía exactamente qué esperar, porque los comentarios hablaban de un libro gracioso y de un personaje inolvidable, pero lo que me encontré cuando empecé a leer fue a una mujer extraña a la que no lograba entender y una historia que no sabía para dónde iba.

Eleanor Oliphant es el bicho raro de su oficina, dice cosas extrañas (y directas), se comporta de formas extrañas y, a medida que empezamos a conocerla, entendemos que también tiene opiniones muy peculiares sobre las personas y las relaciones humanas. Obviamente todo esto no viene de la nada, sino que tiene que ver con su crianza y con las experiencias que ha vivido a lo largo de su vida, justamente lo que vamos descubriendo durante la lectura y la razón por la que tantos se han encariñado con el personaje.

Este es un libro lleno de situaciones divertidas y comentarios irónicos que en el fondo ocultan una historia de soledad. Eleanor Oliphant nos enseña que en nuestra vida diaria damos muchas cosas por sentadas, como el hecho de tener amigos o familia que se preocupen por nosotros, o el hecho de tener una historia de vida tranquila. Para algunas personas esos pequeños momentos compartidos con otros son un tesoro, pero para quienes los vivimos a diario probablemente parecen insignificantes y pasan desapercibidos.

Me gustó, aunque creo que es un libro bastante cliché. No sé si lo recomendaría, pero tampoco me arrepiento de haberlo leído.

Sometimes you simply needed someone kind to sit with you while you dealt with things.