Este libro se considera un clásico de la literatura de la generación beat y está en muchas listas de «libros que debes leer», «libros norteamericanos», etc.
Bueno, llegué al segundo capítulo y haciendo uso de mi derecho de no leer lo que no me gusta, lo abandoné y renuncié a su lectura. Creo que no estoy preparada para leerlo y no sé si alguna vez lo estaré; lo que sé es que en este momento se me ocurren muy pocas palabras para describirlo; falto de sentido, asqueroso y vomitivo son solo algunas de ellas.
Por ahora no se lo recomiendo a nadie, pero si algún día me siento preparada para leerlo, lo vuelvo a intentar y mi opinión cambia, volveré a escribir al respecto. Por ahora tengo que decir que la vida es demasiado corta para leer libros que me generan sensaciones desagradables.