Esta es la historia de muchos colombianos que vivieron la violencia de los años 90 siendo niños y que fueron víctimas directas de ella, porque vivieron amenazados y con el miedo al atentado hasta que finalmente el día horrible llegó y perdieron a un familiar cercano. En el caso de Sara Jaramillo la víctima fue su padre.
Cómo maté a mi padre es una especie de libro de relatos, en el que cada relato es un fragmento de la vida de la autora y todos los fragmentos están relacionados con el mismo hecho trágico. Inicialmente, es la narración de la vida feliz y despreocupada de una niña que vive en medio de la naturaleza con su numerosa familia. Luego viene el asesinato del padre que hace crecer a los niños en minutos, cambiando completamente la dinámica familiar. Y después el resto de la existencia, con un trauma que siempre está ahí, pero que nadie reconoce como tal, porque si hay algo que muestra este libro es que se puede tener un trauma y ser perfectamente funcional y exitoso.
Publicar este libro es la forma que escoge Jaramillo de deshacerse un poco de la carga de su trauma: lo escribe todo, vacía su mente, pero sabe que siempre va a tener un lugar al cual volver para recordar cada detalle narrado con la honestidad, sencillez y candidez de su propia voz. Realmente a esto es a lo que se refiere cuando habla de matar a su padre, porque según cuenta la propia autora en entrevistas que ha dado después de su publicación, este libro ayudó a su familia a abrirse a las conversaciones que no habían tenido para cerrar ese capítulo, así que creo que podría ser muy útil para las familias que han sufrido traumas similares, porque seguramente se verán reflejadas en él, así como en los sentimientos y reflexiones que plantea.
Nadie puede irse de su propia vida ni del juego que esta le ha impuesto. Hay que llegar hasta el final, aunque nadie pueda precisar cuál es o dónde queda o cómo se llega.