El argumento principal de La luz difícil es muy doloroso: Jacobo se dirige a su eutanasia acompañado de su hermano, mientras que sus padres y amigos siguen su camino desde la distancia.
El narrador es David, el papá de Jacobo, quien desde la tranquilidad de su vejez y de una vida bien vivida recuerda este episodio y todos los hechos que llevaron a él. La novela es corta y la atraviesa una melancolía perceptible; sin embargo, no se trata de una historia sobre la muerte, sino más bien sobre el valor de la familia y los pequeños momentos (buenos y malos) en nuestras vidas.
Para cerrar con toda honestidad, debo decir que esperaba leer una novela en la que la muerte fuera protagonista y que incluso esperaba conocer detalles sobre una eutanasia (sí, así de amarillista), pero no fue así y no me decepcionó. Esta es una novela bella, que invita a la reflexión y al agradecimiento.
El infortunio es siempre como el viento: natural, imprevisible, fácil…