La pregunta que me queda después de leer este libro es si todos somos impostores de una u otra forma.

Con la excusa de entender a Enric Marco y contar su historia, Javier Cercas hace una reflexión sobre nuestra naturaleza y sobre las diferentes maneras en las que somos impostores, especialmente después de los grandes cambios de la Historia que nos hacen avergonzarnos de nosotros mismos.

La historia de Enric Marco, el gran impostor y el gran maldito según Javier Cercas, es fascinante. Un hombre que decide reinventarse a los 50 años como don Quijote, gran comparación planteada y sustentada por el autor en el libro.

Desde el punto de vista moral es una lectura difícil, porque todos sabemos que lo que hizo está mal, pero ¿no hay gente que hace cosas peores? ¿y que las hace solo en beneficio propio? Realmente la moral puede ser relativa.

Personalmente, este libro me hizo pensar en nuetsro post-conflicto. Así como en España se hablaba en todas partes de la memoria histórica, acá se habla en todas partes sobre el post-conflicto y aunque todavía no tenemos un abanderado al estilo de este personaje, no sería raro que apareciera en algún momento y cuál va a ser nuestra posición entonces.

Por ahora sé que en el tema de los desplazados hay muchos impostores, así como hay muchas víctimas y sé también que del lado de guerrilleros y paramilitares hay muchos en el proceso de reconstruir su Historia personal para tener una segunda oportunidad, para sobrevivir a lo que se viene.

Un libro muy bueno que deja preguntas y temas polémicos rondando en mi mente.

El novelista está del todo insatisfecho de su vida; no sólo de la suya propia, sino también de la vida en general, y por eso la rehace a la medida de sus deseos, mediante las palabras, en una ficción novelesca.