Uno de los libros más sonados del año pasado. Best seller, seleccionado como favorito por los lectores de diferentes lugares del mundo y de diferentes comunidades virtuales, La chica del tren es uno de esos libros que aparecen de vez en cuando y encantan a los lectores, aunque los críticos lo odien.

El argumento es conocido y está en todas las descripciones: una mujer va en el tren que toma todos los días y ve algo sospechoso en una casa, lo que lleva a una serie de acontecimientos que cambiarán el rumbo de su vida. Lo que no cuenta la descripción es que el libro captura y a partir del momento en el que se configura todo el misterio, es imposible parar de leerlo.

La historia está narrada desde el punto de vista de tres mujeres y en cada capítulo se cuenta un día específico en la vida de una de ellas. Obviamente sus vidas se cruzan y gracias a esto se construye el misterio alrededor de un crimen, sobre el que no es posible saber la verdad hasta el final. En el intermedio se tratan temas como la violencia física, la violencia psicológica, el alcoholismo, los problemas de fertilidad en las parejas, en fin.

Lo que hace irresistible al libro es que todos los personajes tengan motivos para haber cometido el crimen y todos sean sospechosos. Las dos lecciones que deja la lectura son 1. que juzgar a las personas y hacerse una idea de sus vidas sin conocerlas es un grave error y 2. que no hay que meterse en vidas ajenas.

Léanlo, no es el gran clásico que pasará a la historia, pero les aseguro que se van a entretener.

Nunca comprendió que era posible echar de menos y llorar lo que nunca se ha tenido.