Sabía que esta opereta era una especie de sátira de los géneros líricos, pero no esperaba reírme tanto como lo hice. La corte de Faraón es muy graciosa y todo el elenco interpretaba perfectamente su papel. Varias veces me pregunté cómo eran capaces de decir todo lo que decían como si nada, especialmente porque hasta el director de la orquesta se reía constantemente.

El eje central de la historia es la impotencia de Putifar, el glorioso general que regresa de la guerra y recibe la mano de Lota como premio a su victoria. Obviamente el tema se presta para todo tipo de comentarios de doble sentido y eso le da el toque divertido a la opereta. Además, más adelante aparece el personaje de El casto José, que resulta envuelto en el problema marital de Putifar y Lota, arriesgándose a perder la castidad y la cabeza.

Como obra lírica, no es la mejor que he visto, pero creo que podría ser interesante para introducir a alguien en el género, pues no se va a encontrar con los temas densos y las canciones lentas y probablemente va a pasar un rato divertido.