Leer este libro era una deuda con mi yo lector, con mi amor por Francia y con mi espíritu literario. Finalmente me decidí a hacerlo y tardé un mes, no solamente porque es un libro largo y era diciembre, sino también porque a veces me costaba concentrarme y algunos capítulos del libro requieren mucha concentración.
El argumento del libro es ampliamente conocido, todos en algún momento hemos visto o escuchado hablar sobre alguna de las tantas adaptaciones de Los miserables y probablemente gracias a ellas conozcamos a los personajes e ideas principales de la obra. Pero lo que probablemente no sabemos es que el libro es mucho más que eso, el libro es el retrato de toda una sociedad en el siglo XIX, de sus valores, de sus diferencias sociales, de su justicia, de sus ideas religiosas y políticas.
El texto está dividido en volúmenes, que a su vez están divididos en libros formados por varios capítulos. Algunos libros narran las vidas de los personajes y las formas en las que se van entrelazando sus destinos, mientras que otros establecen el contexto histórico de la obra desde diferentes puntos de vista. Estos últimos en ocasiones son densos, pero impresionan por la cultura de Víctor Hugo, capaz de escribir de geología con la misma propiedad con la que escribe de Historia, de lingüística, de derecho y de tantos otros temas.
Una novela para reflexionar, para vernos como sociedad en nuestra miseria y nuestro egoísmo. Por algo es un clásico de la literatura.
Las mujeres juegan con su belleza como los niños con un cuchillo, y se hieren.