Raymond Carver es reconocido como uno de los maestros del cuento realista y tenía que leerlo para entender este calificativo. Además, de todas sus obras escogí Catedral porque muchos la consideran la recopilación de sus mejores relatos.
La verdad es que no esperaba tanto realismo, tanta cotidianidad, tantas vidas aburridas. Supongo que desde cierto punto de vista, la vida de todos es aburrida, pero verlo plasmado tan limpiamente en un texto es un poco deprimente.
Los cuentos de Carver narran vivencias de parejas, de familias, de personas normales que se enfrentan a acontecimientos que pueden modificar su rutina y generan una sutil tensión que hace que, como lector, empieces a imaginarte todas las posibles continuaciones de la historia, todas las formas en las que algo puede cambiar el rumbo de una vida para bien o para mal, todas las formas en las que una persona puede transformarse en un instante.
Originalmente, después de haber leído los primeros relatos, sentí que este libro no iba a producir nada en mí, pero ahora mientras escribo y recuerdo mi experiencia como lectora siento que de alguna forma hizo volar mi imaginación. A pesar de esto, mi impresión general es que la vida de las personas comunes es aburrida y hasta los acontecimientos más extraordinarios al final resultan siendo tan comunes como las personas.
Los sueños son eso de lo que uno se despierta.