Acabé de leer El bibliótafo con dos pensamientos en la cabeza: primero, que este es un libro muy difícil de clasificar y que yo personalmente no sé a qué género literario pertenece y segundo, que debería llamarse «Elogio del bibliótafo», porque eso es.
El objeto de este libro es describir a una persona a la que se presenta desde el comienzo como un bibliótafo, un coleccionista de libros. La descripción cubre varios aspectos de su vida y nos hace ver que se trata de una persona particular por la cual el autor parece sentir admiración y respeto. Se trata de una persona con una gran cultura y un peculiar sentido del humor, cuya vida se resume en anécdotas relacionadas principalmente con su afición a los libros como objetos coleccionables.
Una lectura rápida, llena de referencias (afortunadamente explicadas por el traductor), pero que no recomendaría.