Y finalmente se acabó la saga: con algunos altibajos, con personajes nuevos tan interesantes como los anteriores y con respuestas a todos los misterios que habían quedado sin resolver.
Ruiz Zafón cierra El cementerio de los libros olvidados con las partes de la historia que faltaban y que unían a todos los personajes presentados en los 3 libros anteriores. El escenario es nuevamente la Barcelona del régimen Franquista y en este libro, más que en los otros, es posible sentir cómo esta época destruyó a cientos de familias y afectó a otras en formas inesperadas.
Mientras leía el libro tuve algunas confusiones con los personajes porque no recordaba todos los detalles de los libros anteriores y continuamente me preguntaba si cada personaje que aparecía era nuevo o ya había sido introducido en una entrega anterior. A pesar de esto, el libro es bastante comprensible por sí solo y el hecho de haber olvidado personajes no fue un impedimento ni para entenderlo ni para disfrutarlo.
Lo que no me gustó tanto fue que todos los personajes fueran tan ingeniosos, porque para mí ese era el atributo característico de Fermín y mi impresión en este caso fue que todos se expresaban de manera similar y no tenían un caracter particular que los definiera.
Lo recomiendo con una observación: es mejor leer los 3 libros anteriores primero para entender mejor la historia y preferiblemente hay que leerlos seguidos para no olvidar nada ni a nadie.
El aprender a diferenciar entre por qué hace uno las cosas y por qué dice hacerlas es el primer paso para comenzar a conocerse a uno mismo.