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Hace un mes acabé de leer este libro, pero no había podido escribir mi comentario porque estaba de viaje… en Egipto.

Por eso antes de comentar la Azucarera debo decir que leer la trilogía egipcia fue una de las mejores cosas que pude hacer para preparar mi viaje, porque no solo me enseñó algunas palabras que iba a escuchar, sino que me mostró de antemano costumbres, tradiciones y lugares sobre los que pude ahondar una vez allí.

La azucarera es el cierre de la trilogía y desde las primeras páginas se percibe tristeza en la narración, se vislumbra que la novela será el retrato del ocaso de una familia.

En esta ocasión los protagonistas son los nietos de Ahmad Abd el-Gawwad, que representan los contrastes de una cultura más moderna. Algunos son progresistas y quieren luchar por la igualdad, mientras que otros (uno en particular) son retrógrados y buscan volver a las tradiciones y los regímenes antiguos.

Esta última entrega tiene muchas más referencias históricas y sin embargo es más corta que las anteriores. Además, en esta edición en particular el tamaño de letra del tercer libro es mayor al de los dos anteriores.

Por último quiero hacer esta anotación: en mi comentario sobre el primer libro de la trilogía mencionaba que interpretaba los títulos como las palabras clave que resumían el contenido del libro, pero en el prefacio de este se explica que los títulos corresponden a los nombres de 3 barrios tradicionales de El Cairo en los que viven los personajes.

Es necesario conocerse a sí mismo para poder ser feliz y salvarse de los sufrimientos.