No tenía conocimiento sobre la existencia de este libro hasta que Arturo Pérez-Reverte, junto con un grupo de escritores, creó Zenda. Me interesé por el nombre y di con Anthony Hope y con la edición especial de Debolsillo lanzada justamente para esta ocasión con prólogo de Arturo Pérez-Reverte.
Esta es una de esas novelas clásicas que me deja una sensación extraña porque no la conocía, pero conocía el estereotipo de la historia porque he visto cosas similares en cine, televisión, teatro y otros libros; me hizo pensar en una de las ideas sobre los clásicos de Italo Calvino, que parafraseándolo es algo así como que los clásicos fueron los primeros en decir lo que ya sabemos y lo que nos siguen repitiendo de mil formas distintas.
El prisionero de Zenda es la clásica novela de aventuras con caballeros y princesas, en la que se identifican claramente los héroes y los antihéroes; es la novela que puede hacer que los adolescentes se enamoren de la literatura y por eso creo que me gustó, aunque me pareció simple.
Léanla, van a tener un momento de diversión y quizás algún flashback de las aventuras que les fascinaban en su infancia.
Nadie puede escribir con la cabeza fría los negros y descabellados pensamientos que asaltan su imaginación cuando una pasión descontrolada ha abierto brecha en ella.