​Supe por primera vez sobre la existencia de esta obra cuando leí La sangre de los libros de Santiago Posteguillo. Me conmovió la razón por la que fue escrito, pero además me gustaron los fragmentos que citaba Posteguillo y por eso lo agregué a mi lista de lectura.

Ahora puedo decir que es un libro hermoso y que me encanta haberlo descubierto, porque si no lo hubiera leído, además de perder unas cuantas sonrisas, hubiera perdido esa sensación de complicidad que producen las historias contadas en confidencia con algo de picardía.

Mujeres de ojos grandes es un compendio de relatos cortos sobre mujeres libres que hacen lo que quieren y que viven la vida buscando su felicidad a pesar de haber nacido en épocas en las que mujer, libre y feliz no parece ser una combinación aceptada.

Los relatos tienen que ver con la vida cotidiana y tocan temas como el matrimonio, la maternidad, el amor, la infidelidad, el chismorreo, la mentira, en fin, todo aquello que pasa en la vida de las personas a diario y que nos muestra la realidad: que no todo es perfecto y que en la vida de todos pasan cosas que nos destruyen, pero luego se compensan con otras que nos reconstruyen y nos enseñan.

Realmente amé este libro, lo recomiendo y sé que lo volveré a leer algún día.

Nadie puede matar la parte de sí que ha hecho vivir en los otros.