Hay que tener algo de voyeur para leer este libro porque de lo contrario va a ser una experiencia desagradable.
El motel del voyeur comienza con Gay Talese contando cómo llegó a conocer esta historia: una carta recibida en los años 80 en la que un hombre le cuenta que es un voyeur y tiene un motel adaptado para espiar a sus huéspedes, un viaje al lugar para conocer el laboratorio de observación del voyeur y más de 20 años de cartas del voyeur con anotaciones respecto a sus observaciones.
El libro tiene un estilo original, porque Gay Talese expone un tema en particular observado por el voyeur (rutina, discapacidad, malos hábitos, aberraciones, homosexualismo, incesto, infidelidad, asesinato, relaciones interraciales, etc.), lo comenta y luego incluye fragmentos específicos de las anotaciones del voyeur que se refieren a comportamientos de individuos que visitaron el motel e ilustran el tema.
Algunas de las cosas que me parecieron curiosas sobre este libro:
- Un voyeur no solo observa las escenas sexuales entre los individuos, sino que es testigo de su cotidianidad y cuando documenta todo como lo hizo este, termina construyendo un «estudio sociológico» informal sobre la evolución de los comportamientos de las personas a lo largo de los años.
- La esposa del voyeur conocía su comportamiento, lo apoyó y lo ayudó a construir y a obtener los mejores resultados de su plataforma de observación.
- Si fuéramos voyeurs probablemente seríamos menos infelices, porque veríamos que la gente en general es aburrida, que la vida es bastante rutinaria y sentiríamos que la nuestra es maravillosa.
- En la parte final del libro, Gay Talese menciona las críticas que el voyeur hace del Gobierno, al que califica como el mayor voyeur por espiar la vida de todas las personas con autorización.
Creo que no es una obra imprescindible, pero no me arrepiento de haberla leído: mi curiosidad me lo agradeció.
No hay nada más perturbador que oír cómo un sujeto confiesa que ha sido traicionado por su país.