El argumento de este libro suena interesante y lo es, pero personalmente no me gustó porque la forma de esribir del autor no logró convencerme, sentía que pasaba de un tema a otro de forma desordenada y que la introducción de los personajes siempre era confusa. No me sentí cómoda leyéndolo y me quedé pensando si el problema era la traducción.
La novela narra la historia de Cora, una esclava que escapa hacia el Norte de Estados Unidos en busca de la libertad a través de una red de abolicionistas conocida como El ferrocarril subterráneo.
Es un libro difícil porque la esclavitud es difícil y siempre está asociada con la violencia y la injusticia, que los «esclavos» siguen viviendo después de haberse escapado porque tienen traumas, porque en todas partes hay racistas, porque no es posible saber en quién confiar y porque existen mercenarios cuyo trabajo consiste en encontrarlos y devolverlos a sus «amos».
Este libro me generó mucha rabia porque la segregación me parece incomprensible e injusta. Definitivamente hay épocas y condiciones de nacimiento que son equivalentes a una maldición.
A veces una ilusión útil es mejor que una verdad inútil.