Otro clásico de la literatura que tenía pendiente, aunque a mi favor debo decir que hace algunos años traté de leerlo, pero me aburrí tanto que tomé la decisión de detenerme y dejarlo para después.
Mujercitas es una novela que debe ser leída desde su contexto, desde el tiempo de la guerra civil americana (1861-1865), para ser comprendida y aceptada, porque de lo contrario parece una obra arraigada en valores del pasado, que defiende más la posición
de la mujer como ama de casa, esposa y madre, que como un ser independiente y trabajador.
La novela cuenta la historia de la familia March, compuesta por la madre, el padre y cuatro hermanas. El padre se encuentra en la guerra y por lo tanto las cinco mujeres deben sobrevivir sin él, llevando una vida austera.
Cada una de las hijas -Meg, Jo, Beth y Amy- tiene una personalidad particular y la mueven impulsos distintos. Creo que el personaje favorito de todo el que lee la obra es Jo, porque es la niña que se adelanta a su tiempo y piensa en la independencia, en tener una carrera profesional y en no depender de los hombres (aunque por supuesto aún es una niña y no ha descubierto el amor).
Leyendo Mujercitas, me sentí recibiendo lecciones de moral y comportamiento para niñas de otra época. No me disgustó, pero tampoco me sentí tan movida como he leído que muchas mujeres se han sentido leyendo este libro. Aunque sé que nunca es tarde, creo que este es un libro que se tiene que leer por primera vez en la infancia y yo lo leí muy tarde.
El amor expulsa al miedo y la gratitud doblega al orgullo.