Esta novela es delirante desde la primera hasta la última frase. Imaginen a una mujer joven que es despedida de su trabajo, decide comprar un taxi, se obsesiona con la ópera Turandot y empieza a manejar su taxi disfrazada de la princesa Turandot, esperando encontrar a un vecino al que apenas vio una vez, pero con quien siente que tiene un destino en común.
Sí, es divertida, pero aunque al comienzo parece una comedia, la tensión va aumentando gradualmente y tanto los apuntes graciosos como las acciones impulsivas dejan de ser cómicos y se convierten en indicios de que Lucía no es simplemente una mujer excéntrica, sino más bien una persona obsesiva.
Me gustó porque es un libro fácil de leer y también es un libro intrigante, en el que todo el tiempo parece que la protagonista está a punto de perder el control. Tuve dos preguntas en mi mente todo el tiempo: ¿termina o no termina en tragedia? y ¿al final todo va a ser parte de una gran broma?. Léanlo, van a pasar un rato entretenido y se van a quitar la curiosidad.
Y cuando estás con la mente y con el cuerpo en el mismo sitio, la realidad adquiere una luz extraordinaria.