En estos días, en medio de la cuarentena obligada por el COVID-19, estuve reorganizando algunos libros de mi biblioteca, encontré este, lo destapé (aún tenía el plástico protector), lo abrí y me encontré con un primer párrafo más que apropiado para este momento que estamos viviendo: «Es la frase más triste de todas las lenguas: ‘Todo va a estar bien’. Describe la esperanza y el anhelo, claro que sí, pero al mismo tiempo reconoce la crisis, la tempestad, el mal momento: todo va a estar bien, señoras y señores, porque ahora mismo no lo está, porque esto que estamos viviendo es un terrible inconveniente, un triste aprieto.»

¿Cómo no leer este libro después de encontrarme algo tan poderoso en la primera página, justo en este momento? No soy una persona supersticiosa, pero siempre tengo la sensación de que los libros llegan a mi vida en el momento preciso y con las frases precisas. Con el tiempo lo he analizado y creo que, simplemente, todos los libros tienen cosas que decirnos sobre nuestra propia vida. Sin embargo este párrafo hoy parece tan apropiado…

Y ahora sí pasando al argumento, creo que me sorprendió. Desde que lo compré pensé que era un libro para niños y el hecho de que fuera ilustrado y en la portada aparecieran un hombre, una niña y una bicicleta me convenció aún más. Por eso me llevé una sorpresa cuando empecé a leerlo y descubrí que abordaba temas como la soledad, la libertad y la maldad de los hombres. Todo va a estar bien es la historia de un psicólogo de perros (sí, es así de extraño) solitario que nunca sale de su casa y termina viviendo una aventura con Olga, una niña genio, cuyo perro escapa para irse a buscar un destino más propio de su especie.

Es un libro que conmueve, pero que no cae en simplezas para hacerlo. Los personajes adultos se comportan como adultos, los animales se comportan como adultos y los niños también, porque sus circunstancias los hicieron crecer muy pronto. Este es un libro hermoso con ilustraciones que, a mí personalmente, me transportaron a los libros de mi infancia. Creo que se puede leer a cualquier edad, pero en la infancia requiere un poco de acompañamiento y creo que para circunstancias como la que vivimos en el mundo en este momento deja mensajes positivos y esperanzadores.

La vida es una carrera de relevos: se recibe, se avanza y se entrega.