Quien leyó Reina roja no se va a sentir decepcionado con esta segunda parte, pues se encontrará nuevamente con Antonia y Jon (y todas sus particularidades), enfrentados a un misterio por resolver en el que no todo es lo que parece.

En Loba negra la intriga gira alrededor de la mafia rusa y su control del negocio de las drogas en la Costa del sol. Nuevamente hay un crimen, que pareciera relacionarse con un ajuste de cuentas, pero en el cual hay algo más prioritario que saber quién cometió el asesinato y es encontrar a quien logró salvarse.

Es una novela que se lee fácilmente y su lectura se siente como la de una película de acción en la que no todo es verosímil, pero nos estamos divirtiendo y nuestros personajes favoritos salen indemnes.

Lo que no me gustó: aunque al comienzo me gustó encontrar referencias a libros, películas, series, canciones y palabras extrañas en otros idiomas, después de cierto momento sentí que era algo muy repetitivo, ¡y eso que estoy segura de que no encontré todos los huevos de pascua! Además me decepcionó un poco el personaje de la Loba negra, porque creo que su papel no fue suficiente para merecerse el título del libro, pero ya sé que esa elección es parte de la estructura que Gómez-Jurado quiso darle a la saga.

En resumen, una novela entretenida, que no va a decepcionar a quien solo busca divertirse un rato, pero que nuevamente deja muchas preguntas abiertas. Espero que con la tercera entrega todo quede cerrado sin decepciones.

Nuestra vida no es más que un fogonazo entre dos negruras infinitas.